
Aunque mi papá Daniel cumplió siete décadas de vida el pasado 13 de septiembre, hasta hoy le festejaron su día. Fue una noche mexicana con comida deliciosa y salsa de exquisitos chinicuiles, además para bromear: cascarones de huevo rellenos de confeti y lo que es peor, de harina, mismos que se estrellan en la cabeza de algún descuidado. A todos nos tocó un poco de polvo pero fue muy divertido. Escuchamos además, nuestra bella y versatil música mexicana que nos da identidad, sobre todo en este mes patrio, (la de hoy fue de mariachi) y al son de la inigualable "Marcha de Zacatecas", mi papá bailó con sus hijas, nietas y nueras. Una gran tarde: los niños jugando a la pelota y otros juegos, el atardecer hermoso y a fin de cuentas, un día más que agradecerle a Dios.

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