14 de agosto de 2007

UN TUZO DE PACHUCA

A falta de uniforme de beisbol (deporte que tanto me gusta), me puse hace varios años (creo diez), esta playera del equipo de futbol Pachuca el cual hoy por hoy es el mejor club de todo el país. Eso me da un enorme gusto, pues Pachuca que no sobresale en casi nada: no hay muchas construcciones religiosas, ni edificios bellos o artísticos ni monumentos coloniales ni sucesos históricos de mucha importancia, ni industria destacada y los personajes relevantes son más bien pocos y no existe en general una infraestructura que le de modernidad a la ciudad, ni grandes atractivos turísticos, a través del balompié (el deporte más popular del mundo), el nombre de Pachuca ha sido elevado a alturas insospechadas convirtiéndolo en uno de los mejores clubes de todo el continente americano, y vamos por más, ahora en el mundial de clubes de Japón a desarrollarse en diciembre próximo.
Desde luego que en béisbol no hemos sobresalido y aún así echo de menos una foto viejísima en donde estoy yo vestido como mascota el día que el equipo de mi papá, el Cubitos, estrenó uniformes. La echo mucho de menos, porque esa foto por más que la he buscado entre las personas que pudiesen tenerla, jamás se ha encontrado y al parecer se perdió para siempre.
Sin dejarle de ir nunca al equipo de fut Pachuca (si bien no es mi deporte favorito, pues lo que me gusta es el ajedrez y el beisbol), espero algún día comprarme un uniforme de beis, para tomarme una foto antes de decirle adiós a San Francisco. ¡¡Sí, lo deseo en verdad!!

8 de agosto de 2007

PRIMER CURSO DE GUITARRA DE PABLO

Es bueno que existan los cursos de verano porque así los niños adquieren una disciplina de trabajo y enseñanza que de otra forma se vería rota por el ocio. Lo importante es saber que aptitudes se deben estimular en el niño de acuerdo a sus preferencias y no tanto al gusto de los padres, aunque generalmente ocurre esto último. En realidad yo creo que en consenso con el chamaco, cualquier habilidad que se desarrolle en éste, será útil y complementaría a su formación. El caso de Pablo (hay que recordar que se llama así por Paul McCartney) es singular, pues yo le quise fomentar entre otros, el ajedrez y mi deporte favorito: el beisbol, y si bien es cierto que asistió a un primer curso de verano para aprender este inigualable deporte, al siguiente curso, correspondiente a este año, de plano ya no quiso ir. Sin embargo, a sus muy escasos nueve años de edad y a sólo seis meses de interesarse por la música de Los Beatles, Pablo resulta un extraordinario conocedor de las canciones del Cuarteto de Liverpool, pues se sabe todos los títulos, cantante y casi todos los compositores de las 210 canciones que Los Beatles interpretaron en sus quince álbumes (contando los Past Masters), las cuales identifica en menos de tres segundos, sabe además, -cosa que ni yo-, el orden de las canciones en cada disco. Conoce por otra parte, muchas anécdotas, nombres y hechos que tienen que ver con la vida de John, Paul, George y Ringo, y no sólo eso, también conoce mucho de la parte u obra solista de cada uno de ellos. Esto es verdaderamente admirable, dado el poco tiempo que tiene dedicado a este rubro a lo que hay que añadir que no es lo único, pues al parecer su verdadera pasión son los videojuegos. De todo este entendido se rescata que bien valió la pena inscribirlo a este corto curso de guitarra acústica el cual duró sólo dos semanas y que culminó como se ve aquí en las fotos, en un bonito concierto dado el viernes 3 de agosto de 2007 en la escuela primaria Julián Villagrán de Pachuca, Hidalgo.
A ver que sale de todo esto, por lo pronto lo catalogo como el beatlémano más joven del mundo, ¿Quién dice: eso no es cierto?