
Entonces los bailes eran más artísticos y sencillos.
Pero ahora son espectaculares y demasiado vistosos. Ayer fui a los quince de mi sobrina Karla, hija de mi hermana Guadalupe. El vals y el baile moderno, fueron toda una demostración y derroche visual pues hubo juegos pirotécnicos y fuego de verdad, cargadas y evoluciones impresionantes, además de la “coronación de la quinceañera como reina de la noche”, eventos que antes ciertamente no se daban.
Todo cambia, todo evoluciona y bueno hay que ver que novedades traen los tiempos modernos.
De cualquier modo: ¡Felicidades Karla!